viernes, 22 de septiembre de 2017

Frenesí



(2013) Era como un frenesí, que me entraba por el oído derecho y hacía nido justo ahí abajito donde ya dejaba de ser yo si temblaba. Cada vez que me llamaba cabrona y me echaba esas miraditas como de “aquí te vas a morir” y me tomaba de la mano a la menor provocación, era una urgencia decirle “mátame ya”, y entonces apagar la alarma y soltar maletín y miedos, descoser las amarras y dejarse caer, olvidar todo y quedarme siempre ahí.

De semana en semana y hasta meses enteros si había oportunidad, las miradas y las palabras se encontraban, como si fuéramos dos bobos de secundaria,  como si todo se resumiera a falso trámite cuando se sabe que ya todo está perdido. Apenas lo escuchaba y entonces ya era suya, y era ese momento mi “para toda la vida” del día, sin necesidad de pensar ni mucho menos investigar si de verdad significaba algo. 

Y yo que nunca he esperado ni contratos ni calendarios, un solo instante en sus brazos y ya, el cielo se nubla y los truenos caen al mismo tiempo, mientras un rayo me surca de cabeza a pies, como lámina de mil hojas que me parte el cuerpo a la mitad, y un grito se regala poderoso a la tierra entera, en el julio más ardiente, bajo la noche silente que ahora se llena de estrellitas y suspiros, mientras tu voz se va perdiendo dentro de mí "cabrona, cabrona, cabrona…" 




Chihuahua en video